Arquitectura tropical
Como arquitectos, uno de los temas que más nos interesa explorar son las soluciones que podemos crear para disminuir el impacto de las edificaciones al medio ambiente. Siendo Panamá un país ubicado en la zona ecuatorial, nos parece importante hablar de la arquitectura tropical. Esta arquitectura es noble, porque permite ahorrar recursos muy valiosos como energía y agua.
La zona ecuatorial tiene un clima tropical, cuyas características son elevadas temperaturas, poca diferencia de temperatura entre las estaciones, lluvia copiosa en la estación lluviosa, fuertes soles en verano y humedad elevada.
En la arquitectura tropical se toman en cuenta las características del clima, para diseñar soluciones creativas que ayuden a aliviar su impacto, reduciendo así la necesidad de controlar el ambiente con elementos mecánicos, como los aires acondicionados.
En el caso de Panamá, los retos más significativos son la intensidad del sol, que calienta las estructuras, elevando considerablemente la temperatura interna, el impacto de la lluvia, que puede causar filtraciones y empozamientos, y la humedad, que favorece la proliferación de hongos y moho.
¿Cómo mitigamos los efectos del clima tropical con elementos pasivos de diseño?
Hay dos estrategias principales que podemos aplicar al diseñar una edificación y que impactarán grandemente el manejo su temperatura interna: La orientación con respecto al recorrido del sol y la morfología de la edificación. Lo ideal en el clima tropical es que las edificaciones tengan las fachadas más amplias y las aberturas en las orientaciones norte - sur. Así no se calientan tanto y permiten el paso del viento que por lo general viaja en esta dirección. Las fachadas este - oeste deben ser de menor área y de ser posible sin entradas que permitan el paso del sol directo a los espacios.
En cuanto a la organización de las zonas de servicio y baños, es recomendable que se ubiquen en las áreas donde se recibe el sol de la tarde. Esto ayuda a controlar la humedad excesiva y por ende promueve un ambiente menos propicio para moho y bacterias. Las zonas de descanso y las zonas sociales en caso de recibir el sol, es preferible que sea el de la mañana para que estén más frescas en las horas de uso.
Otra estrategia valiosa, y que se puede aplicar a edificaciones ya construidas, es incluir en el diseño elementos que generen sombra como techos amplios, aleros, quiebrasoles e incluso sembrando árboles frondosos. Cualquier estructura que se interponga en el paso del sol ayudará a mantener la temperatura interna más agradable.
Los techos y aleros también ayudan a proteger contra la lluvia. Lo recomendable es hacerlos en ángulo, para que la lluvia se deslice sin empozarse, lo que beneficia su mantenimiento. Una combinación de techos inclinados y un buen sistema de desagüe permite la recolección de agua de lluvia, que de otra manera se desperdicia.
La ventilación cruzada es vital para mitigar la humedad y los techos altos son beneficiosos, pues el aire caliente se acumula arriba y al estar alejado el techo, crea una separación con el calor.
En cuanto a las paredes, lo ideal para este clima es que sean gruesas o con aislante térmico. Los bloques de arcilla actúan como aislante, disminuyendo el paso del calor al interior.
Con las prácticas de uso también podemos ayudarnos a mantener una temperatura más agradable. Abriendo las ventanas de noche para bajar la temperatura, y cerrando durante el día, cuando la brisa es más caliente.
¿Te interesaría conocer ejemplos de edificaciones que cumplen con algunos de estos parámetros en Panamá? ¿Conoces alguna que nos quieras compartir?